¿Qué está en juego para las mujeres con el futuro gobierno en Guatemala?  

Ester Pinheiro, encargada de las comunicaciones en Equal Measures 2030  

Los gobiernos en Centroamérica no han estado en la vanguardia de la promoción de cambios normativos institucionales para enfrentar las desigualdades de género. Una de las razones principales es la falta de mujeres en la representación política en algunos países de la región y de partidos progresistas no asociados a la corrupción que avancen en la agenda de derechos. Guatemala eligió su presidente en el último año, ¿pero qué propone este gobierno para las mujeres y niñas?   

En las elecciones presidenciales de Guatemala en 2023 se buscaba un gobierno distinto que pudiera cambiar la realidad de cleptocracia y violencia que sofoca a mujeres y niñas. Bernardo Arévalo del partido progresista socialdemócrata Movimiento Semilla logró obtener los votos suficientes para competir por la presidencia del país contra Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza, y así seguir el camino hasta la segunda vuelta del 20 de agosto, ganando con más del 60% de los casi 4 millones de votos electorales.   

¿Más mujeres en la política es la solución?   

La proporción de cargos ocupados por mujeres en el parlamento nacional en América Latina es considerada “muy baja”, según el Índice de Género de los ODS de 2022. Guatemala marca 21 puntos abajo de la media ya muy baja de la región. Pero, el hecho de ser mujer no necesariamente hace una candidata progresista, como es lo caso de la candidata Sandra Torres en Guatemala, explica Marisa Miodosky, Consultora Senior para América Latina   en Equal Measures 2030.   

La presencia de estas mujeres con una agenda reaccionaria no garantiza la lucha y protección de los derechos para la igualdad de género y la autonomía de las mujeres. Muchas de las mujeres que llegan a las posiciones de poder representando a partidos de derecha o ultraderecha suscriben un discurso antifeminista y anti-derechos con relación al aborto, inmigración y LGTB. Esta es una realidad global con ejemplos como Nikki Haley, posible candidata a presidencia, representante republicana en los EE. UU., Marine le Pen en Francia, Giorgia Meloni, primera ministra italiana y Keiko Fujimori en su tentativa a presidencia en Perú. En el Reino Unido, algunas de las políticas antiinmigrantes más agresivas han sido expresadas por mujeres de color como Priti Patel, Suella Braverman y Kemi Badenoch, una mujer negra que se ha autodenominado una guerrera cultural anti-woke

En Argentina, el gobierno recién electo de Milei, con ⅓ de mujeres en el gabinete, no dudó en desmantelar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades y enviar al congreso un compendio de leyes que buscan cambiar las reglas de convivencia en Argentina con graves efectos sobre el sistema de cuidados y paridad electoral entre otras. “En tanto que algunas de sus legisladoras  se manifiestan en contra de leyes que previenen y sancionan diferentes tipos de violencia como el acoso callejero”, comenta Marisa.  

Por otro lado, se ve necesario un gobierno hecho por y para mujeres diversas y que permita su elección democrática. No fue lo que la candidata Maya mam Thelma Cabrera, con el conocimiento situado desde el contexto Indígena, ha pasado. Ella y su vice exprocurador de derechos humanos, Jordán Rodas, quienes se postulaban con el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), un partido indígena con una gran estructura departamental, no pudieron participar.  

“Thelma una líder comunitaria con demasiada influencia ganada colectivamente, no solo personal egocéntricamente como otros,” comenta Ángela Chiquin Chitay, joven indígena guatemalteca fundadora de la organización Kemok. Según ella, Thelma ha sabido administrar sus recursos, al no tener los mismos privilegios que otros. “Ella no fue autoproclamada, fueron los diputados y candidatos a alcaldes con comité inscrito que la eligieron para participar en quién representaba la herramienta política.” 

Corrupción y agenda de derechos   

Con una política marcada por un ‘pacto de corruptos’ (como popularmente se le dice en Guatemala a la alianza entre jueces, diputados, empresarios y distintos actores que mantienen la cooptación y saqueo del Estado), se torna difícil garantizar los derechos de la población, principalmente los derechos de las mujeres y niñas.   

Danessa Luna, guatemalteca, activista y defensora de derechos humanos de las mujeres en Asogen, una de nuestras organizaciones socias, comparte que el pacto de corruptos ha querido acabar con los avances de los derechos de las mujeres, sobre todo terminar con la institucionalidad de las mujeres que ha costado construir desde hace 30 años, también retroceder en temas importantes como los derechos y la salud sexual y reproductiva.  

Hay una crisis institucional en Guatemala con posicionamiento tradicional-conservador que ha cooptado las instituciones, principalmente a los 3 poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) y otras instituciones autónomas que son clave para el funcionamiento del Estado de Derecho, como la Universidad de San Carlos, la Procuraduría de los DD. HH., la Corte de Constitucionalidad, el Colegio de abogados, entre otros. 

La cleptocracia en el Estado amenaza años de saqueo en el país, de corrupción y de impunidad, así como el narcotráfico, que también debilita la democracia, las instituciones y los derechos de las mujeres. “Hay políticos involucrados en trasiego y control de la droga que pasa por Guatemala y ésta es una razón poderosa también que muchos de ellos les conviene que las cosas sigan como han estado hasta ahora,” comenta Danessa. Este sistema establece un régimen también de persecución a cualquier estudiante, defensora de la igualdad de género, jueza, fiscal o periodista que denuncie ilegalidades y violencias de género.  

¿Semilla tomará el poder en Guatemala?  

Por el miedo de perder el poder del gobierno y el manejo antojadizo del erario, el “pacto de corruptos” hizo que el sistema político en Guatemala rechazara la participación de opositores que pudieran arriesgar sus intereses y permitir la candidatura de otros actores políticos con señalamientos graves. 

Este mismo pacto ha llevado a un intento de golpe de estado en Guatemala en diciembre del año pasado. El Ministerio Público (MP) del país pidió declarar nulas las actas de los resultados electorales. Sin embargo, el Tribunal Superior Electoral aclaró que no se repetirán las elecciones. Hasta la OEA ha condenado el intento de golpe en Guatemala. Esto todo fue debido al caso “Corrupción Semilla” que investigaba el partido ganador junto a nuevas solicitudes de antejuicio contra el presidente electo Bernardo Arévalo y las diputadas del Movimiento Semilla Ligia Hernández y Samuel Pérez.  

Se quiere imponer para la historia que hubo fraude, que Semilla es un partido formado ilegalmente y que las acciones del MP son para “garantizar el voto ciudadano”. Sin embargo, para Danessa, no hubo fraude, sino que la población está más informada y crítica al flujo de información. “Se han metido con la generación equivocada”. Para la líder en género, el presidente electo Bernardo Arévalo, hizo un buen trabajo con la población, “sobre todo un trabajo de ‘hormiga’, compartiendo su planteamiento anticorrupción, anti-impunidad que ha dejado la población sin salud, sin educación, sin seguridad, sin nada.”   

¿Que se espera del gobierno de Bernardo Arévalo?   

Las feministas y las organizaciones de mujeres ven el Movimiento Semilla de manera positiva y con mucha esperanza.  

Para las niñas y las mujeres se espera que vengan tiempos de respetar sus derechos, de tener un gobierno más equitativo que ha pensado en sus derechos, como acceso a la justicia, a la educación, salud y otros derechos específicos. Se espera mayor posibilidad de negociar, de dialogar y de tener la posibilidad de gobernar en conjunto, de ser escuchadas y visibilizadas.   

El Día de la Igualdad Salarial todavía es necesario, te contamos por qué  

¿De verdad necesitamos un Día de la Igualdad Salarial? Las cosas van mejor, ¿cierto? A pesar del avance en algunos países, la brecha salarial de género todavía persiste.  

Por Charlotte Minvielle, jefa de Desarrollo de Negocio, y Gabrielle Leite, analista de Datos e Información de Género 

En todo el mundo, las mujeres ganan alrededor de un 20% menos que los varones. Recordamos esta injusticia cada año con el Día International de la Igualdad Salarial, conmemorado este año por la Comisión Europea el 15 de noviembre. Esta fecha simboliza el tiempo extra que en promedio deben trabajar las mujeres para equiparar sus salarios a los de los varones en el año anterior, de noviembre a diciembre; en otras palabras, este es el momento del año a partir del cual las mujeres comienzan a trabajar gratis. Como la brecha salarial de género varía significativamente entre países, también hay distintos Días de la Igualdad Salarial.  

El panorama mundial  

A nivel mundial, se ha visto poco progreso en la reducción de la brecha salarial de género. Según el Informe Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial para el año 2023, que cubre 146 países, el puntaje general pasó de 68,1% a 68,4%, una pequeña mejora de apenas 0,3 puntos porcentuales si se compara con el año 2022. Los países con el mayor aumento de la brecha fueron Liberia, con un incremento de 5,1%, Estonia con +4,8% y Bután, con +4,5%.  

El Índice de Género de los ODS también muestra que, mundialmente, la igualdad salarial entre hombres y mujeres para trabajos similares se ha estancado entre 2016 y 2020. Entre los 128 países con datos disponibles, solo 45 tuvieron un progreso rápido, mientras que 19 países solo avanzaron un poco y 16 no avanzaron nada. Preocupa que 48 países retrocedieron, con 3 de los mayores retrocesos registrados en países de África Subsahariana: Sudáfrica con -14,6; Mauritania con -12; y República Democrática del Congo con -10.7.  

Abordar las normas sociales  

Este año, el Nóbel de Economía fue para Claudia Goldin por su trabajo innovador en la desmitificación de las causas de la brecha salarial de género. Goldin destaca cómo las disparidades de género en términos salariales en el pasado podían explicarse sobre todo por los logros académicos y las elecciones profesionales. Sin embargo, hoy la brecha salarial para mujeres y varones en puestos similares se amplía sobre todo cuando las mujeres dan a luz por primera vez.  

Un estudio de ONU Mujeres y la OIT también reveló que la crianza, más que el matrimonio, afecta la participación en el mundo laboral. Las mujeres están más propensas a quedarse fuera del mercado laboral cuando se casan y tienen familia, especialmente en los primeros años de vida de la descendencia. Esto es aún más pronunciado cuando tienen al menos un hijo menor de 6 años, y aquí se destaca el papel clave del trabajo de cuidado no remunerado y la división de las tareas del hogar. 

En promedio, las mujeres realizan al menos dos veces y media más tareas de cuidado y del hogar sin remuneración en comparación con los hombres. Los estereotipos de género y las normas sociales a menudo relegan a las mujeres a empleos pocos calificados y mal remunerados. Para avanzar hacia la igualdad salarial, debemos dar respuesta a la desvalorización habitual hacia el trabajo de las mujeres, en particular de profesiones predominantemente feminizadas como la enfermería, el cuidado de adultos mayores y la educación. 

Para erradicar realmente la brecha salarial se necesita un enfoque interseccional y multidimensional, reconociendo que las mujeres de color, las que viven con discapacidad, las lesbianas y las trans enfrentan barreras únicas y adicionales para la igualdad en el ámbito laboral. En el 2020, las mujeres negras de los Estados Unidos ganaron apenas un 58% de lo que recibieron los hombres blancos de origen no hispánicos. Abordar estas desigualdades sistémicas es vital para cerrar la brecha salarial de género.  

Legislación para el cambio de sistema 

Según un informe interno de HP citado en el libro Lean in, de Sheryl Sandberg, las mujeres se postulan a puestos solo cuando creen que lograron el 100% de los requisitos para esa posición, mientras que los hombres lo hacen cuando piensan que alcanzaron el 60% de las cualificaciones requeridas para el mismo puesto. También sabemos que los hombres, en general, son mejores a la hora de pedir aumentos salariales. Si bien esto revela una necesidad de que las mujeres ganen confianza en su valor y capacidad de demanda, un verdadero espacio de trabajo igualitario requiere más que iniciativas individuales; exige una transformación sistémica.  

Estudios anteriores (y la opinión pública) también han sugerido que los hombres suelen ser mejores a la hora de pedir aumentos salariales. Sin embargo, investigaciones recientes han destacado que las mujeres suelen preguntar con la misma frecuencia, pero no reciben con tanta frecuencia. Es preocupante que los estudios también hayan demostrado que cuando la gente cree que las mujeres negocian menos, están menos inclinadas a apoyar políticas para reducir la brecha salarial de género. La responsabilidad de la igualdad en el ámbito laboral no puede recaer en los empleados individuales ni en la confianza para negociar salarios, requiere una transformación sistémica. 

La OIT reveló que las medidas de transparencia en cuanto al pago pueden ser una herramienta poderosa para exponer las diferencias salariales entre varones y mujeres, y para identificar sus causas. Pueden darles a las personas trabajadoras la información y la evidencia necesarias para negociar los salarios y los medios para desafiar la posible discriminación salarial.  

En 2022, el Parlamento Europeo tomó una decisión histórica y exigió a todas las empresas europeas que revelen las posibles brechas salariales de género. Aunque la transparencia es un paso importante en la dirección correcta, puede ser insuficiente sin los mecanismos de implementación que los respalden. 

Se demostró que las medidas de transparencia son más eficaces en países con mayores tasas de sindicalización. En Bélgica, donde casi la mitad de la fuerza laboral está sindicalizada, la brecha salarial de género se redujo a la mitad. Pasó de 10% en 2010 a 5% en 2021, como resultado de la negociación colectiva y las medidas de transparencia. Por el contrario, la brecha salarial en el Reino Unido, donde un cuarto de la fuerza laboral pertenece a un sindicato, es de 9,4%; en EE.UU., donde alrededor de 1 de 10 personas trabajadoras están sindicalizadas, la brecha es 16,3%.  

En muchos países, las empresas se ven obligadas a publicar las brechas salariales de género cada año, pero no sufren consecuencias si la brecha no se reduce. Por eso es necesario contar con un mecanismo de aplicación de la ley.  

Islandia fue el primer país del mundo en introducir una política en 2018 que exige a las empresas y las instituciones con más de 25 personas en la plantilla que demuestren que a hombres y mujeres se les paga lo mismo por el mismo tipo de trabajo, una medida que busca trasladar la carga probatoria a la parte empleadora. Para quienes no cumplan esta disposición, la multa diaria es de 500 USD. Esta medida pionera contribuyó a que el país bajara a la mitad la brecha salarial de género en la última década.

A pesar de sus políticas progresistas, Islandia no es un “paraíso en igualdad de género”. En octubre de este año, miles de mujeres salieron a las calles, denunciando la brecha salarial de un 21% y la violencia sexual o de género que 40% de las mujeres sufren a lo largo de su vida. 

La igualdad salarial no es solo un problema del ámbito laboral; es un imperativo social y exige acción sistémica. Los movimientos feministas, los sindicatos de personas trabajadoras, las personas empleadas y las formuladoras de políticas, y la sociedad en general, todos comparten la responsabilidad colectiva de desmantelar las barreras que impiden la igualdad de género en el ámbito laboral y de cerrar la brecha para el año 2030.   

¿Cómo puede la agenda del G20 ayudar a promover y acelerar el avance en materia de igualdad de género? 

De SAHAJ (Society for Health Alternatives) y Aarushi Khanna, Líder Regional Asia-Pacífico, Equal Measures 2030

Líderes de países del G20, las economías más importantes del mundo, se han reunido en Nueva Delhi, India, el 9 y 10 de septiembre para su cumbre anual donde han discutido estrategias para mejorar el crecimiento de PIB de sus países para llegar a tener economías más fuertes. El crecimiento climático, el liderazgo de las mujeres, las políticas educativas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son algunos de los temas más preponderantes de la agenda de esta cumbre, y la India, país en la presidencia este año, también intenta tocar temas como diversidad y crecimiento inclusivo.  

Casi el 60% de la población mundial reside en países del G20, del cual la mitad son mujeres. Los miembros del G20 se comprometieron con la igualdad de género en 2012, en la Declaración de Los Cabos, por la que se reconoce a la igualdad de género como un objetivo fundamental para el desarrollo y central a la hora de lograr crecimiento económico y resiliencia. Una década después, a mitad de camino de la fecha límite de los ODS, el avance en igualdad de género en todos los objetivos ha sido bajo y marginal, en el mejor de los casos.  

Desde el 2020, ninguno de los países del G20 ha logrado la igualdad de género en todos los ODS y, si se continúa a este ritmo, faltarán 85 años para que el mundo concrete estos derechos, según el Índice de Género de los ODS de EM2030.  

Si bien muchos de los miembros del G20 han logrado altos puntajes en el índice, también observamos un estancamiento e incluso un retroceso en los avances logrados. Reino Unido, Alemania, Australia y Argentina han visto un estancamiento en el avance y un pequeño retroceso con respecto a poner fin al hambre (ODS2) y mejorar la salud (ODS3).  

Cuando analizamos a los 19 países miembros del G20, vemos que solo 3 tuvieron un “progreso rápido” entre 2015 y 2020 y habían empezado con puntajes “bajo” y “muy bajo”. Además, la mayoría de los 19 países tuvieron un puntaje “bajo” en 2020, un claro indicador de que estos países tienen mucho por hacer en cuanto al abordaje del desarrollo sostenible desde una mirada igualitaria del género.  

Entrevistamos a Sahaj, nuestra socia en la India, para reflexionar sobre cómo debería ser un enfoque con igualdad de género, por qué esto debe ser un foco fundamental de los procesos del G20 y el rol que tiene la India en su cargo actual en la presidencia.  

¿Cómo puede la agenda del G20 ayudar a promover y acelerar el avance en materia de igualdad de género?  

Los países del G20 deberían surgir como una plataforma para crear compromisos concretos en políticas para reducir la brecha de género en educación, salud y otros derechos económicos, sociales y culturales. Cuando hablamos de “género”, nos estamos refiriendo a un concepto en términos no binarios, que además reconoce la perspectiva interseccional en él.  

Las oportunidades de promover la igualdad de género en la educación incluyen el fomento de la educación en ciencias duras para niñas y mujeres en su diversidad para que cuenten con mejores oportunidades laborales. Dar acceso a los servicios financieros, apoyo al emprendedurismo y capacitación vocacional son claves para acelerar el empoderamiento económico de las mujeres. Estas medidas son esenciales para un crecimiento económico inclusivo.  

La violación de los derechos sexuales y reproductivos son un fenómeno muy extendido. Los países del G20 deberían defender estos derechos y garantizar el acceso a la atención médica integral con especial énfasis en servicios de aborto, acceso a anticonceptivos y educación sexual integral.  

La violencia de género tiene un impacto en la salud física y mental de las mujeres y las personas trans, por tanto, los países del G20 deberían asegurarse de aplicar las leyes que protegen derechos relativos a la integridad física y a vidas sin violencia, entre otros, además de establecer mecanismos de apoyo para sobrevivientes de violencia. 

Si tuvieras la oportunidad de hablar directamente con una persona líder del G20 y de acercarle un mensaje, ¿qué le dirías?   

La igualdad de género es central en la agenda de desarrollo. El empoderamiento de las mujeres es esencial para el crecimiento inclusivo. Como defensora de los derechos de las mujeres, recomendaríamos promulgar políticas que garanticen igualdad de oportunidades para las personas en todo el continuo de la diversidad de género, para que cada persona tenga la chance de expresar su potencial pleno.  

También abogaríamos por desmantelar las barreras al acceso a la educación y las oportunidades para ser parte de la fuerza laboral, incluso en los más altos niveles, y asegurar líneas de crédito sin complicaciones para mujeres y personas trans emprendedoras. Por último, instaríamos a la priorización de partidas presupuestarias suficientes para seguir avanzando en las necesidades de la agenda de género.  

¿Cómo puede el gobierno de la India promover la agenda de igualdad de género en los procesos del G20? 

Para poder promover la igualdad de género en la agenda G20, el gobierno de la India tiene que adoptar un enfoque amplio. Ante todo, las recomendaciones de políticas del G20 deben alinearse con el marco de los ODS para lograr sinergia entre ambos marcos. El gobierno Indiano debería hacer hincapié en un marco de indicadores comunes para el monitoreo del progreso de la igualdad de género en todos los países del G20.  

El Gobierno también debe demostrar la relevancia de la igualdad de género al incluir a mujeres en roles de liderazgo del G20, desde la participación en procesos de toma de decisiones hasta la promoción de la inclusión de la diversidad de voces de mujeres mediante consultas con la sociedad civil. Más allá de esto, es necesario crear plataformas y establecer procesos para la creación de evidencia en cuestiones de violencia de género, baja participación de las mujeres en el mercado laboral y demás. Esto puede lograrse mediante la recopilación de mejores prácticas que aborden estas prácticas discriminatorias del género que prevalecen en muchos países del G20.  

La cumbre se da en una coyuntura crítica para el movimiento feminista en la India. Esperamos los resultados de la cumbre y que el poder y la urgencia de la acción en cuanto la igualdad de género sea un tema que destaque en las discusiones. Sígannos para estar al tanto de la segunda parte de este blog donde compartiremos los resultados de la cumbre y sus implicancias para los programas de igualdad de género en India y otros países del G20. 

Equal Measures 2030 lanza beca de periodismo de datos en América Latina 

La iniciativa de asociación Equal Measures 2030, que reúne a líderes mundiales de redes feministas, la sociedad civil, el desarrollo internacional y el sector privado, está solicitando solicitudes para la “Beca EM2030 para periodistas de datos”, con el apoyo de Salesforce a través de su software Tableau. La beca ayudará a 8 periodistas y activistas de datos, que se identifican como mujeres, en Colombia y Guatemala a adquirir habilidades y experiencia para contar historias basadas en datos que puedan generar una defensa significativa de la igualdad de género. 

Además de una capacitación detallada en el uso de los datos, esta oportunidad incluye una licencia de software de Tableau gratuita por dos años, soporte continuo, acceso a datos del índice de género EM2030 SDG y una subvención de $1500 para respaldar su trabajo en un proyecto de periodismo de datos. 

Basándose en la experiencia previa de Data Fellowship en Kenia e India, Albert Motivans, jefe de datos e insumos de EM2030, comenta cómo las becarias crearon productos de periodismo de datos eficaz. “Tuvimos 16 periodistas de datos extraordinarias de la India y Kenia que entregaron historias nacionales convincentes entretejiendo datos en una estructura sólida, lo que permitió que la historia se desarrollara sin problemas para revelar el contexto, el problema de género más urgente y las acciones potenciales.” 

“La igualdad de género y los datos son dos imperativos para la comunidad mundial a medida que trabajamos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Necesitamos entender dónde están las brechas para saber dónde debemos invertir y avanzar juntos”. Ashley Monson, directora de programas, Salesforce Philanthropy. 

Solicitud del programa 

Para la beca, las solicitantes deben tener experiencia en periodismo de datos y tener un ejemplo de al menos un artículo publicado utilizando técnicas de periodismo basado en datos en los medios. Más información sobre cómo aplicar y criterios aquí. 

Según Julisa Tambunan, Directora Ejecutiva Adjunta y Jefa de Alianzas y Aprendizaje en EM2030, “Las candidatas exitosas entienden el poder de los datos en manos de las periodistas y reconocen que los medios son un impulsor clave del cambio. Demuestran su pasión y compromiso con el uso de datos para lograr la igualdad de género.” 

A través de esta iniciativa, EM2030 tiene como objetivo desarrollar la capacidad de mujeres periodistas y periodistas de minorías de género para usar datos en su periodismo y fomentar una red de periodistas apasionadas por los temas de igualdad de género e impulsadas por los datos. EM2030 también busca expandir el alcance y el impacto del periodismo sobre temas encubiertos y comunidades históricamente desatendidas, y mejorar las conexiones entre las periodistas de datos y activistas globales, nacionales y locales. 

Ex becarios hablan de su experiencia 

Además de contar historias, las técnicas de datos pueden ayudar a cambiar la forma en que se practica el periodismo, influyendo en la producción de información a través de la evidencia y la visualización. 

“Para que la información corrija los sesgos e influya en el punto de vista de una persona, debe poder permanecer en la memoria de los lectores. La visualización de datos es poderosa porque involucra nuestra memoria visual: cuando vemos, recordamos”, dijo Surbhi Bhatia, una ex becaria de India. Para ella, los datos tienen la capacidad de organizar y generar visualizaciones de grandes volúmenes de historial o información clave. 

Otra ex becaria, Rosemary Okello-Oriale de Kenia, comparte que esta oportunidad la ayudó a desarrollar su capacidad de contar historias basadas en datos. 

“Las habilidades de análisis de datos y género adquiridas a través de Tableau y el programa de becas Equal Measures 2030 nos hacen darnos cuenta de que hay mejores formas de analizar datos, especialmente cuando se trata de cuestiones de género. El uso y la comprensión correctos de los datos pueden marcar la diferencia a la hora de abordar las desigualdades de género a nivel nacional, regional y mundial.” 

Una de las principales lecciones que las becarias han aprendido de este programa es el aspecto de la accesibilidad, como destaca Aarushee Shukla, ex becaria de la India, quien enfatiza la necesidad de tener una mirada interseccional de los datos para evitar prejuicios y representar la pluralidad de la sociedad a la que está sujeto. 

“Traté de capturar la interseccionalidad mediante la recopilación de datos demográficos de cada participante de la encuesta y la creación de filtros en Tableau por religión, casta, género e ingresos familiares para rastrear la variación”.

Importancia de los datos para la igualdad de género

Los datos tienen un papel poderoso y único que desempeñar al proporcionar información estandarizada y desagregada sobre la vida de las mujeres y las niñas para rastrear el impacto real de las medidas políticas nacionales y subnacionales.

Al fortalecer la capacidad de mujeres periodistas y periodistas de minorías de género para promover el uso de datos en sus informes sobre desigualdades de género, EM2030 cree que esto puede llamar más la atención sobre estos temas e influir en las políticas públicas y la toma de decisiones.

Facilitar el acceso a los servicios de planificación familiar en África Occidental 

De Suzanne N’Gouandi, Responsable de Comunicación – Francófona, Equal Measures 2030 

A escala mundial, los datos relativos al uso de anticonceptivos son impactantes. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), casi 257 millones de mujeres que quieren evitar embarazos no usan métodos anticonceptivos modernos y seguros. Entre ellas, 172 millones no usan ninguno. Estas cifras son, desde luego, alarmantes, pero reflejan la realidad de las mujeres y las jóvenes en todo el mundo. 

En África Occidental, donde la tasa de fecundidad es de las más altas del mundo, la prevalencia en materia de anticoncepción sigue siendo baja. Según la calculadora de igualdad de género de EM2030, si se mantiene la tendencia actual, una adolescente senegalesa que hoy tiene 18 años tendrá 40 cuando todas las mujeres en su país tengan acceso a la anticoncepción. 

Como yo, numerosas mujeres y jóvenes de África Occidental encuentran obstáculos para el uso de métodos anticonceptivos. Entre otros, podemos citar las contradicciones socioculturales, la pobreza, el miedo a los efectos secundarios, así como también la desinformación. 

Las reticencias con respecto a la anticoncepción explican la gran cantidad de embarazos no deseados y no planificados, los abortos en condiciones de riesgo y la alta tasa de mortalidad materna. En la subregión, alrededor de doscientas veinticinco (225) mujeres mueren por día al dar a luz, y por cada una de ella, otras 30 padecen problemas de salud. Se trata de una tasa de morbilidad y de mortalidad que produce pérdidas de productividad estimadas en más de cinco mil millones de dólares. 

Una encuesta llevada a cabo por el Guttmacher Institute constata que, entre 2015 y 2019, hubo 6.490.000 casos de embarazos no planificados en África Occidental, de los cuales 2.740.000 terminaron en abortos. Teniendo en cuenta que solo dos países de la región, Benín y Cabo Verde, legalizaron el aborto, es fácil imaginar cuáles son los riesgos a los que están expuestas las mujeres y las jóvenes. 

Los embarazos no planificados tienen enormes repercusiones en las mujeres, sus familias y la sociedad en su conjunto a causa de los gastos que se generan y su impacto en los progresos en materia de salud, educación e igualdad de género. Entonces, ¿qué se puede hacer? 

Dado que los derechos en materia de reproducción son derechos fundamentales, las mujeres y jóvenes deben poder decidir libremente acerca de la cantidad de hijos que desean tener, del momento en que desean tenerlos y del intervalo entre los nacimientos. Por lo tanto, es necesario aumentar la inversión en los servicios de anticoncepción para cubrir la demanda no satisfecha y, de este modo, garantizar la salud sexual y reproductiva de esas mujeres. 

Desde 2011, la asociación de Ouagadougou, un programa de cooperación de nueve países de África Occidental francófona, trabaja para mejorar el acceso a los servicios de planificación familiar. En 10 años (2011-2021), la asociación de Ouagadougou posibilitó el aumento del número de usuarias de anticonceptivos, que superó los 4 millones de mujeres y jóvenes en Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea, Malí, Mauritania, Níger, Senegal y Togo. Y también permitió evitar más de 18 millones de embarazos no deseados y 6 millones de abortos de riesgo. 

Para poder permitir a las mujeres y jóvenes tomar decisiones en lo relativo a su cuerpo y elegir con fundamento, es necesario llevar a cabo campañas de educación y concientización, así como también programas comunitarios que faciliten su acceso a una información completa y fiable y a consejos en materia de anticoncepción. 

De hecho, esa es una de las misiones de la Red Siggil Jigéen (RSJ), que trabaja por la mejora de la situación de las mujeres en Senegal. Gracias a un programa que busca convertir a los alcaldes en paladines de la planificación familiar, la organización logró convencer a 67 alcaldes para que movilizaran recursos estimados en más de 73 millones de francos CFA. Estos fondos sirvieron para apoyar actividades de planificación familiar en los municipios en cuestión y responder así a las necesidades no satisfechas de mujeres y jóvenes en el área de la anticoncepción.

 

La visión de W7: ¿Qué compromisos asumiría el liderazgo del G7 si defensoras por la igualdad de género fueron escuchadas?

La cumbre anual del G7 está a punto de llevarse a cabo en Hiroshima, Japón. Como muestran los datos del Índice de EM2030, los países del G7 tienen mucho por hacer para cerrar las brechas de género  “en casa”. En los últimos años, ninguno de los países del G7 tuvo un “progreso rápido” en igualdad de género, y tres de ellos (Reino Unido, Alemania y Japón) no hicieron “ningún progreso”.  

Índice de Género de los ODS de EM2030 – Niveles de igualdad de género y ritmo del progreso en países del G7 

Sabemos que los países con igualdad de género son más sanos, educados y seguros y también más pacíficos. Entonces, seguro que los países del G7 tendrán la igualdad de género, y cómo acelerar el progreso para niñas y mujeres, como una prioridad en el programa para su cumbre. No, no cuenten con ello.  

¿A quién recurrir para encontrar la defensa de la igualdad de género dentro del G7? Por suerte, existe un grupo experto en igualdad de género —el Grupo Asesor de Women 7– que ya está listo para aportar las soluciones (basadas en evidencias) de las que el G7 parece carecer. W7 es un agrupamiento de figuras líderes de la sociedad civil, defensoras y activistas con miras a influir sobre los países del G7 para que tomen más acciones en pos de la igualdad de género, tanto en sus territorios como en sus compromisos internacionales.  

EM2030 está orgullosa de ser parte de un proceso colaborativo junto con otras integrantes del Grupo Asesor de W7 de todo el mundo, convocadas por un tremendamente eficaz equipo de líderes de la sociedad civil con sede en Japón (con la Unidad de Género de los ODS de Japón como anfitriona) para redactar nuestro Comunicado del W7, que describe qué necesita el G7 para promover la igualdad de género en todo el mundo. 

Antes de la Cumbre del G7 de esta semana, EM2030 se sentó con algunas brillantes integrantes del Grupo Asesor del W7 y les preguntó qué compromisos incluirían para crear un mundo con mayor igualdad de género si ELLAS estuvieran a cargo de la redacción del comunicado del G7.  

Esther Mwaura-Muiru – Directora de incidencia global, Stand for Her Land Campaign, una iniciativa global que tiene a Landesa como organización anfitrion 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… hacer realidad la igualdad de género en todos los sectores para el 2030, proporcionalmente a nuestro poder como gigantes de la política y la economía del mundo. Tenemos amplios recursos y la infraestructura necesaria para un progreso significativo. Lo que tenemos que hacer es ejercer la voluntad política, con la que se nos ha investido por nuestro rol de liderazgo. Hasta que no hayamos emancipado de toda forma de injusticia a cada mujer y niña en nuestra sociedad, careceremos de los cimientos para construir economías sostenibles e inclusivas. Más aún, aceptamos la responsabilidad y buscamos expiar nuestras propias acciones (pasadas y actuales) que han perpetuado injusticias contra las mujeres y las niñas en países en desarrollo y en todo el mundo.”

Foteini Papagioti – Asesora senior de políticas globales, ICRW  

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… adoptar las políticas y las medidas que se necesitan para poner a la paz, las personas y el planeta en primer lugar. Nos comprometemos a poner la igualdad de género y los derechos de mujeres, niñas y diversidades sexogenéricas en el centro de nuestras acciones en pos de un futuro igualitario, justo, sostenible y pacífico que beneficie a todas las personas. Nos aseguraremos de que nuestros compromisos tengan los recursos adecuados para acelerar la implementación y establecer los mecanismos necesarios para monitorear el progreso y hacer frente a los desafíos persistentes.”

 

Stephanie Siddall – Directora de políticas e incidencia global, Women for Women International. 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… transformar la estructura de nuestra toma de decisiones. Nunca más nos reuniremos sin consultar e involucrar directa y relevantemente a las mujeres y niñas del mundo. Sabemos que las problemáticas internacionales que aspiramos a solucionar —como las crisis climáticas, el conflicto y la desigualdad mundial— tienen un impacto desproporcionado sobre mujeres y niñas. También sabemos que, junto con las organizaciones de mujeres, las mujeres y niñas en toda su diversidad están a la vanguardia del cambio en sus comunidades y países. Sus saberes y su liderazgo son claves, especialmente en el contexto de una reacción violenta mundial contra los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Entonces, de cara al futuro, defenderemos esto tanto dentro del G7 como en otros procesos de toma de decisiones.”

 

Dr. Roopa Dhatt – Directora ejecutiva y cofundadora, Women in Global Health 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… reconocer que las mujeres representan por lo menos el 70% de la fuerza laboral sanitaria y que son la base de la seguridad de los sistemas de salud y la cobertura de salud universal. Esto es lo que haremos: (1) aumentar hasta el 50% la proporción de trabajadoras de la salud en roles de liderazgo con hincapié en la diversidad; (2) reconocer el valor de las tareas de cuidado y de salud no pagadas y eliminar la brecha salarial de género, con el foco puesto en la adecuada remuneración de las trabajadoras no remuneradas o mal remuneradas; (3) asegurar que las trabajadoras de la salud cuenten con un ambiente laboral seguro y digno, libre de explotación y acoso sexual; (4) asegurar que las políticas sanitarias estén basadas en datos desagregados e igualdad de género.”

   

Beth Woroniuk – Líder de políticas, Equality Fund 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… elaborar políticas feministas tanto a nivel nacional como en nuestra política exterior. Apoyamos la visión y las prioridades del activismo feminista de todo el mundo que brega por un mundo más justo, igualitario, pacífico y sostenible. Defenderemos los derechos de las mujeres y las diversidades sexogenéricas (que incluyen los derechos reproductivos). La igualdad de género dejará de ser un párrafo al final de nuestro comunicado. En cambio, observaremos con perspectiva feminista cada temática discutida, con hincapié en la diferencia de impactos y oportunidades de recursos para reducir brechas y desigualdades.”

Yamina Ouldali – Directora senior de comunicaciones y políticas, Gender and Development Network (GADN) 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… transformar el sistema económico y financiero internacional. Reconocemos el imperativo moral de rectificar el impacto aún vigente de la colonización y las herencias coloniales subsistentes para subrayar la necesidad de descolonizar el sistema económico internacional y democratizar una toma de decisiones económicas que privilegie la justicia, la sostenibilidad y el bienestar por sobre el crecimiento y la explotación. Esto incluirá la cancelación de la deuda soberana de países colonizados en el pasado por organismos crediticios bilaterales, privados y multilaterales, un sistema tributario internacional progresivo y reglas de comercio e inversión justas. Esto creará el espacio fiscal necesario para la provisión de servicios públicos con una visión de género transformadora y otras medidas que promuevan la igualdad de género en el Sur Global.”

Fumie Saito – Copresidenta de W7Japan / Directora de incidencia global, JOICFP 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… apoyar al feminismo; luchar contra la disminución global de los derechos de mujeres y niñas, especialmente los derechos a la educación y a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos; y hacernos responsables de implementar nuestros compromisos.”

Kristy Kade – CEO, White Ribbon Alliance 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… liderar países, inspirar un mundo en el que las mujeres sean libres y capaces de elegir lo que quieren para su salud, su vida y su bienestar; países y un mundo en el que las mujeres puedan decir lo que piensan, expresar disidencia, avanzar y levantarse y levantar a otras sin miedo, juzgamientos o represalias. Nos comprometemos a reimaginar y reestructurar instituciones, sistemas y normas para promover la justicia racial, climática y de género. Nos comprometemos a liderar nuestro país, inspirar este mundo y reimaginar nuestras instituciones con las mujeres y las niñas. Nos comprometemos a escuchar a las mujeres. Nos comprometemos a celebrar, respetar y valorar las voces de las mujeres en cada faceta de la vida.”

 

Prof. Pam Rajput – Profesora emérita, Panjab University 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… que las problemáticas de género y la igualdad de género serán centrales en todos los compromisos asumidos en todos los sectores del comunicado. Nos comprometemos a eliminar todas las barreras estructurales y sistemáticas para garantizar una sociedad con justicia e igualdad de género, fortalecer una gobernanza y una arquitectura financiera que respondan a las cuestiones de género. 

Nos comprometemos a garantizar la autonomía sobre el propio cuerpo, ambientes laborales seguros y dignos, y la prevención de la violencia de género y de las crecientes reacciones violentas contra activistas por los derechos humanos.  

Nos comprometemos a implementar una política exterior feminista con una mayor proporción de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) para la igualdad de género. Reforzar el marco para la rendición de cuentas y asegurar que el informe de rendición de cuentas del G7 tenga perspectiva de género. 

Nos comprometemos a crear una red de datos de género y un tablero de comando con resultados inclusivos que abarque tanto la transparencia de los datos como el monitoreo del desempeño.”

Pat Black – Asesora internacional, Soroptimist International 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… reconocer que todas las mujeres y niñas tienen el derecho a la igualdad de espacios en todas las sociedades que las reconozca como seres humanos individuales que enfrentan muchas barreras interconectadas. 

Creemos que esas barreras pueden eliminarse con voluntad política de nuestra parte y alentando a todas las autoridades nacionales a unirse. 

Como Líderes del G7, nos comprometemos a elaborar un presupuesto con perspectiva de género para garantizar que las leyes de igualdad de género que presentamos puedan traducirse en políticas con resultados concretos que cambien la vida de las mujeres y las niñas de nuestros países.”

Sohini Bhattacharya, CEO, Breakthrough 

“Como Líderes del G7, nos comprometemos a… hacer que las escuelas sean espacios con una visión de género transformadora para que las juventudes crezcan con opiniones de igualdad de género, tengan mejor diálogo intergénero e intergeneracional sobre temas difíciles y para que cada adolescente desarrolle todo su potencial. Las escuelas son excelentes lugares para edificar a las futuras generaciones; de esta manera, crearemos una transición generacional en el logro de la igualdad y la equidad de género.”

No se pierdan la Parte II, en la que las asesoras del W7 también comparten sus principales recomendaciones para el G7. Tienen la hoja de ruta y las soluciones. ¡Nos hace muy felices dejar que el G7 se copie de nuestra “tarea”! 

Ninguno de los países del G7 tuvo un “progreso rápido” en igualdad de género en los últimos años. ¡Te contamos qué cambios de guion proponen las expertas! 

Si bien hay victorias arduamente conseguidas en la incidencia en pos de que la igualdad de género ocupe un lugar más alto en la agenda del G7, está claro que los países del G7 no están preparados para abordar verdaderamente las causas de la igualdad de género tanto dentro como fuera de sus territorios.   

Dependiendo de qué subgrupo del G7 se sigue, hay a la vez signos promisorios y preocupantes sobre cómo este poderoso grupo de países concibe las cuestiones en torno a la igualdad de género.  Del lado positivo, en la reciente reunión, las autoridades responsables del desarrollo del G7 reconocieron que la igualdad de género tiene un “rol central en el logro de los ODS”, que ha habido “retroceso(s) en los derechos de mujeres y niñas debido a la pandemia y otras crisis” y que “la igualdad de género exige la distribución justa de los recursos financieros”. Barreras importantes a la igualdad —como la desigual carga de las tareas de cuidado que soportan niñas y mujeres—, por lo menos, están siendo reconocidas durante las discusiones del G7 como nunca antes.   

Los ministerios de relaciones exteriores del G7 se concentraron principalmente en problemáticas de mujeres en países que no integran el G7, como Afganistán, Yemen e Irán. No obstante, se discute menos sobre las actuales brechas de género dentro de los propios países del G7; eso a pesar de que, en los últimos años, ninguno de los países del G7 tuvo un progreso rápido en igualdad de género, y tres de ellos (Reino Unido, Alemania y Japón) no hicieron ningún progreso.  Está claro que todos los países del G7 tienen mucho por hacer “en casa” en materia de igualdad de género. 

Los países del G7 carecen del marco necesario para la acción sistemática que se necesita para abordar la igualdad de género dentro y fuera de sus territorios, pero ¡por suerte, el Plan de Acción para el Cambio de EM2030 puede ser su guía!  Hablamos con nuestras amigas del Grupo Asesor de W7, que nos dieron su perspectiva sobre las recomendaciones más importantes que los países del G7 deberían adoptar para impulsar un cambio real para las mujeres y las niñas del mundo.   

Un plan de acción feminista para lograr la igualdad de género

Esto es lo que las expertas de W7 nos dijeron: 

Kristy Kade – CEO, White Ribbon Alliance 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

A muchas mujeres nunca se les pide que den su opinión sobre las decisiones que se toman sobre su cuerpo, su salud o su mente, muchísimo menos sobre las decisiones que atañen al mundo en general. Pero ellas son las expertas y las mejores fuentes de información con respecto a su vida, sus experiencias y sus circunstancias. Saben mejor que nadie qué se necesita para mejorarlas, y son sus voces las que deberían impulsar la agenda del cambio. Hay sesgos y creencias sobre los saberes y las capacidades de las mujeres que están muy arraigados. Tan profundos son que, cuando queremos hacer que las cosas mejoren para ellas, la mayoría trata de hacerlo —consciente o inconscientemente— con poca o nula participación de las mujeres que sufren el impacto de nuestras acciones. Este es el ingrediente que falta una y otra vez, el diagnóstico de rutina para políticas y programas destinadas a fracasar, soluciones creadas e implementadas con la ausencia de las voces de las mujeres. 

Esther Mwaura-Muiru – Directora de incidencia global, Stand for Her Land Campaign, una iniciativa global que tiene a Landesa como organización anfitriona 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

La participación de niñas y mujeres en la vida pública no solo es un derecho humano fundamental, sino que además es esencial para la salud social y económica de los países. Sin embargo, los mandatos de género sobre liderazgo, así como también la pobreza, la carga de las tareas de cuidado y la violencia contra mujeres que son figuras públicas suelen excluir a niñas y mujeres de los espacios de toma de decisiones. 

Un estudio en la India revela que la presencia de lideresas en los consejos locales fue una influencia para las aspiraciones de las niñas, las expectativas de las familias con respecto sus hijas y el tiempo de permanencia de las niñas en la escuela. La visibilidad de las mujeres en cargos públicos también modifica la percepción que las personas tienen del liderazgo, un paso en pos de terminar con los mandatos de género que postergan a niñas y mujeres. 

Yamina Ouldali – Directora senior de comunicaciones y políticas, Gender and Development Network (GADN) 

2. Invertir en servicios públicos e infraestructura social (incluido el cuidado).  

Como quedó demostrado una y otra vez por varias crisis entrecruzadas, mujeres y niñas soportan la carga de las tareas de cuidado no remuneradas y tienen que hacerse responsables allí donde estados y servicios públicos brillan por su ausencia. Si vamos a trabajar genuinamente en pos de un mundo con más igualdad de género, es fundamental resistir la austeridad y, en cambio, implementar regímenes tributarios nacionales e internacionales progresivos, para poder brindar servicios públicos con una visión de género transformadora. Esto debe incluir combatir contra los flujos financieros ilícitos, la evasión impositiva y los paraísos fiscales; incorporar impuestos a la riqueza para las personas extremadamente ricas e impuestos a los beneficios inesperados para corporaciones; y establecer un organismo tributario intergubernamental de la ONU e implementar una convención impositiva de la ONU en línea con la resolución 77/244 de la AGNU. 

Beth Woroniuk – Líder de políticas, Equality Fund  

5. Invertir en organizaciones y movimientos feministas, crearles espacios y prestarles atención. 

Muchos de los cambios más importantes de los últimos cien años han sido impulsados por movimientos feministas. Las organizaciones de mujeres han presionado por el cambio democrático, la paz y alternativas económicas organizadas y han puesto sobre el tapete en legislaturas, ayuntamientos y en la calle cuestiones clave como los derechos reproductivos. Sin embargo, siguen recibiendo centavos de la filantropía y de los organismos oficiales de asistencia al desarrollo.  Con demasiada frecuencia quedan excluidas de discusiones fundamentales. Pensemos, por ejemplo, en las organizaciones de mujeres afganas y las conversaciones internacionales sobre el futuro de Afganistán.    

Esto es algo que el G7 puede resolver. Involucrarse, invertir en movimientos feministas y escucharlos. Y traducir sus palabras en acciones. 

Dr. Roopa Dhatt – Directora ejecutiva y cofundadora de WGH 

2. Invertir en servicios públicos e infraestructura social (incluido el cuidado).  

Actualmente, las mujeres representan por lo menos el 70% de la fuerza laboral sanitaria y el 90% del personal de primera línea en todo el mundo, pero ocupan solo el 25% de las posiciones de liderazgo. Apoyar a las mujeres al tiempo que se invierte en la fuerza laboral sanitaria lleva a un dividendo triple: Primero, un dividendo en salud, ya que contribuye a desarrollar una fuerza laboral más eficaz y receptiva para satisfacer las crecientes demandas de atención sanitaria y los cambios demográficos. Segundo, un dividendo en igualdad de género: las mujeres tendrán más ingresos, educación y autonomía, lo que llevará a mejoramientos en educación, salud y otros aspectos del desarrollo. Tercero, un dividendo económico: se crearán nuevos puestos de trabajo, lo que impulsará el crecimiento económico.  

Sohini Bhattacharya, CEO, Breakthrough 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

Me gustaría referirme a la recomendación número 3: Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres. El liderazgo de las mujeres en efecto hace cambios estructurales y aporta diversidad cultural en cada espacio que ocupan. El liderazgo feminista es crucial para lograr la igualdad de género, por no mencionar una actividad económica mejorada y rentable. No obstante, la verdad es que la niña vulnerable de una economía pobre no necesita realizar todo su potencial porque esto mejorará la economía de su país; necesita hacerlo porque es su derecho. Mientras veamos que cada vez más mujeres se empoderan, alzan su voz y materializan sus derechos, empezaremos a transformar los sistemas existentes de discriminación y poder. 

Foteini Papagioti – Senior Global Policy Advisor, ICRW   

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

Stephanie Siddall , Directora de políticas e incidencia global, Women for Women International 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

4. Invertir en organizaciones y movimientos feministas, crearles espacios y prestarles atención.

Todas las naciones del G7 están lejísimos de cumplir los compromisos existentes que han asumido para lograr la igualdad de género, como parte de la Agenda 2030. Pero tenemos una solución lista para usar para acelerar la implementación: promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres e invertir en organizaciones y movimientos feministas, crearles espacios y prestarles atención. Deberían reconocerse como socias estratégicas para crear un mundo con más igualdad de género. 

Creemos que este es el único camino viable para que el G7 logre sus objetivos en un amplio rango de áreas. Pero esto solo puede hacerse a través de interacciones regulares y sostenidas con beneficios claros para las partes involucradas, como intercambio de aprendizajes y acceso a recursos, que incluyen el acceso a financiamiento a largo plazo, flexible y accesible. Este enfoque es fundamental para apoyar a las mujeres, las organizaciones y movimientos feministas para acelerar el cambio que ya están impulsando. 

Fumie Saito – Copresidenta de W7Japan / Directora de incidencia global, JOICFP 

1. Reformar y aplicar leyes contra la desigualdad. 

Los países del G7 deberían adoptar la primera recomendación:  Reformar y aplicar leyes contra la desigualdad. Una y otra vez las autoridades del G7 resaltan la promoción del “estado de derecho” en el orden internacional. El principio del “estado de derecho” también debería respetarse en relación con la igualdad de género. No cuesta tanto dinero reformar y aplicar las leyes. Solo hace falta una voluntad política fuerte.  

También voto por la recomendación número 6, ya que nutrir el liderazgo joven es uno de los objetivos de W7 de este año. Esperamos que la juventud no solo participe, sino que lidere los movimientos feministas nacional e internacionalmente. 

Pat Black – Asesora internacional, Soroptimist International 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres.  

Muchos gobiernos, incluidos los de los países del G7 (y del G20) han asumido compromisos en años anteriores a través de tratados, resoluciones y acuerdos internacionales para desarrollar un marco legislativo de igualdad de género dentro de sus países. Esto se hizo con conocimiento de que apoyar a las mujeres para que tomen su lugar igualitario como líderes de su comunidad en alianza con los hombres mejora los estándares económicos, sociales y de gobernanza en esa comunidad y en ese país. Los datos recogidos a través de muchas fuentes están mostrando una ampliación de la brecha de género, especialmente para mujeres en comunidades marginadas. 

Muchos de esos compromisos están aún pendientes de implementación. 

Se necesita pasar a la acción ahora

Prof. Pam Rajput – Profesora emérita, Panjab University 

1. Reformar y aplicar leyes contra la desigualdad. 

Todas las seis recomendaciones del Plan de Acción de EM2030 para los gobiernos están interconectadas y son cruciales para un mundo con justicia e igualdad de género. Sin embargo, la primera recomendación — reformar y aplicar leyes contra la desigualdad— es fundamental para esa visión y para lograr la agenda transformadora, que se descarriló durante la pandemia de la COVID. Todos los países —los del G7 incluidos— acordaron conscientemente que el género es transversal a todos los ODS, además del objetivo específico sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres (ODS 5). Hay suficiente evidencia en cada país para mostrar cómo la COVID tuvo un impacto desproporcionado sobre la vida de las mujeres y exacerbó la desigualdad. Esto ha tenido un efecto adverso en la vida socioeconómica de la mayoría de la población del mundo y ha llevado al descarrilamiento, como ya se ha mencionado, del crecimiento económico y del desarrollo. Esto ciertamente puso en riesgo la concreción de la agenda de transformación para el 2030. Por esta misma razón es probable que los países del G7 adopten la recomendación 1, que solo está volviendo a plantear su compromiso, y actuar ahora en pos de un desarrollo holístico y un planeta con justicia de género, pacífico y vivible. 

Reconocer y comprender el rol fundamental que la igualdad de género tiene para asegurar un futuro justo y sostenible se hace cada vez más evidente dentro del G7. Las autoridades están haciendo más para “reconocer la importancia de una acción climática que responda a las cuestiones de género, cerrar la brecha digital de género, fortalecer y formalizar la economía de las tareas de cuidado y derribar las barreras de género en la educación”. No obstante, siguen eludiendo ideas innovadoras y transformadoras como la promoción de soluciones sistémicas clave como reglas impositivas globales más justas, inversión en protección social y servicios públicos con recursos.   

En cambio, escuchamos los mismos llamados a soluciones como “fondos privados” para lidiar con las “brechas en el financiamiento” en modos que no han cambiado durante décadas a pesar de la ampliación de la desigualdad económica, la profundización de la austeridad y el estancamiento del progreso en igualdad de género durante esas mismas décadas.  

Hemos visto que las recomendaciones aquí detalladas aceleran el progreso en igualdad de género y los objetivos de desarrollo sostenible, ¡lo que necesitamos del G7 es su compromiso! 

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Con un enorme agradecimiento a las expertas de W7 que aportaron su tiempo y sus amplios conocimientos para este artículo conjunto.  Y a todo el equipo de W7 Japan por convocar a un proceso participativo y colaborativo para ejercer influencia en el G7 sobre cuestiones clave para la igualdad de género en un momento tan crucial, cuando quedan solo 7 años para alcanzar los ODS. 

¿De qué manera puede Senegal seguir avanzando hacia la igualdad de género? 

Escrito por Réseau Siggil Jigéen y Suzanne N’Gouandi, Responsable de comunicaciones en francés, Equal Measures 2030 

Como cada año, en el mes de marzo tiene lugar la sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas (CSW), cuyo objetivo es evaluar los avances que se han realizado y las brechas que deben reducirse en el marco de la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Este año, la sesión vuelve a la presencialidad después tres (03) años, debido a la pandemia de la COVID-19 , que puso en evidencia las fallas en la igualdad de género en todo el mundo. 

A pesar de los escasos avances en materia de igualdad de género, algunos países han logrado progresos significativos. Senegal, por ejemplo, logró grandes progresos entre 2015 y 2020, según el Índice de Género de los ODS 2022 de Equal Measures 2030. El país muestra sus mejores rendimientos en relación con el logro de varios objetivos de desarrollo sostenible, especialmente el ODS 2 (nutrición) y el ODS 6 (agua), gracias a la mejora de los indicadores relativos a la subalimentación y al acceso al agua potable. 

Desde la adopción de la Declaración de Beijing, el Gobierno de Senegal ha emprendido numerosos esfuerzos en favor de la igualdad de género y de la mejora de las condiciones de vida de las mujeres. En 2010, el Estado senegalés aprobó una ley de paridad en las instituciones electivas que le permitió obtener uno de los mejores resultados globalmente con respecto a la representación de las mujeres en el parlamento. Actualmente, Senegal cuenta con la mayor proporción de mujeres parlamentarias de África occidental y se ubica en el cuarto lugar en África en lo que respecta a la paridad entre hombres y mujeres en el Parlamento. 

Además de ratificar varios convenios internacionales favorables a la promoción de los derechos de las mujeres, Senegal elaboró una Estrategia Nacional para la Equidad y la Igualdad de Género (SNEEG 2016-2026, por sus siglas en francés), que tiene por meta garantizar la participación plena de las mujeres y los hombres en los procesos de decisión y un acceso igualitario a los recursos y beneficios del desarrollo. 

En el territorio, las organizaciones de la sociedad civil trabajan activamente denunciando las desigualdades e injusticias en materia de género a través de campañas y acciones de incidencia. A modo de ejemplo, la Réseau Siggil Jigéen (Red) realizó, con el apoyo de EM2030, acciones de incidencia basadas en datos. Estas acciones, realizadas ante autoridades locales y empresas privadas, han permitido, entre otros, aumentar el financiamiento destinado a la salud reproductiva en tres municipios de Senegal y conseguir que el alcalde de Derklé se comprometiera a suministrar productos de higiene menstrual a las mujeres jóvenes de su municipio (Informe de Impacto de EM2030). 

A pesar de estos notables avances, existen múltiples obstáculos para los derechos de las mujeres y la igualdad de género. En 2022, el informe de Senegal ante la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) ha señalado un desequilibrio en lo que respecta a la representación de las mujeres en los órganos de decisión nacionales y locales. De las 559 colectividades locales que existen en Senegal, solo 15 están dirigidas por mujeres, es decir una tasa del 2,68%. 

Además de una insuficiente aplicación de las leyes, la tasa de prevalencia de la violencia contra las mujeres y las niñas en Senegal sigue siendo relativamente importante. En efecto, el 27% de las mujeres de entre 15 y 49 años ha sufrido violencia física desde los 15 años. Asimismo, el 68% de esas víctimas de violencia nunca habló del tema ni buscó ayuda.  

En lo que respecta al cumplimiento del ODS 4 (educación), Senegal presenta resultados moderados. La esperanza de vida escolar de las niñas sigue siendo muy baja, a causa de las pocas inversiones a nivel nacional para la educación primaria de las niñas. 

Las recomendaciones de la sociedad civil senegalesa 

En la línea del progreso hacia la igualdad de género, la Réseau Siggil Jigéen elaboró un cuaderno de recomendaciones para dar mayor alcance a la voz de las mujeres y las niñas senegalesas. Este documento presenta las acciones concretas que deberían implementarse en Senegal. 

Derechos fundamentales de las mujeres 

  • Modificar el Código de la Familia con el objetivo de reforzar los derechos de las mujeres; 
  • Reforzar los programas de sensibilización para luchar contra la discriminación;  

Violencia hacia las mujeres 

  • Difundir y garantizar la aplicación efectiva de la ley que criminaliza la violación y la pedofilia;   
  • Volver obligatoria la designación de abogados/as de oficio para las víctimas de violación y de pedofilia; 
  • Promover la creación de centros de acogida y atención a las víctimas para brindarles asesoramiento y apoyo psicosocial; 

Mujeres y Salud 

  • Hacerse cargo de la gestión del ciclo menstrual de las niñas en los establecimientos de enseñanza formal y no formal;  
  • Hacer efectivo el acceso a los servicios sociales de base y la atención médica; 
  • Autorizar el aborto farmacológico a las víctimas de violación e incesto y cuando la salud de la mujer embarazada o la del feto se ve amenazada; 

Mujeres y toma de decisión 

  • Velar por la efectividad de la ley sobre paridad a nivel local y nacional; 
  • Mejorar la situación de la mujer en los partidos políticos.  

Aunque dispone de un marco jurídico favorable para lograr la igualdad de género, Senegal se enfrenta a un problema de aplicación de las leyes existentes y a la persistencia de leyes discriminatorias. Por consiguiente, la aplicación efectiva de estas recomendaciones contribuiría a lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres del país. 

Aumenta la igualdad de género en el mundo, pero no con suficiente rapidez. Estas son las causas.

Autora: Alison Holder 

En este Día Internacional de la Mujer, si se cansa de logotipos rosas y campañas comerciales sobre el “Poder Femenino”, tal vez le resulte más provechoso intentar buscar una respuesta genuina a la pregunta “¿Por qué el mundo no progresa más rápido hacia la igualdad de género?”. Aquí le doy una pista: la repuesta tiene que ver con una barrera omnipresente que afecta a más del 85% de las niñas y las mujeres del mundo. Y las activistas por los derechos de las mujeres, como Equal Measures 2030, se congregarán (convocadas por Oxfam y NAWI, entre otros actores) durante la próxima semana en la ONU para alzar la voz al respecto. 

Esa barrera es la austeridad y la falta sistemática de recursos suficientes para los servicios públicos y la infraestructura social (incluida la infraestructura relacionada con los cuidados) en la gran mayoría de los países del mundo.  

Sabemos que la austeridad perjudica particularmente a las mujeres, por los siguientes motivos:  

  • En la mayoría de los países, en el sector público predominan las trabajadoras mujeres, que son las más afectadas por la pérdida de puestos de trabajo debido a las medidas de austeridad.  
  • Los recortes en los servicios públicos incrementan las responsabilidades de cuidado de las mujeres y las exponen a mayores riesgos para la salud y de violencia.  
  • Las mujeres representan una proporción mayoritaria en los sectores laborales precarios e informales y cuando se debilitan las normas del mercado laboral se agravan los riesgos que enfrentan en el ámbito del trabajo, y que incluyen desde explotación hasta peligros para la integridad física.  
  • Por último, el desmantelamiento del estado de bienestar tendrá, ineludiblemente, un impacto negativo en las mujeres marginadas que viven en situación de pobreza. 

Estamos exactamente a un año de que se presentara el Índice de Género de los ODS de 2022, para el cual recogimos datos de 144 países y comprobamos que ninguno había alcanzado la igualdad de género. Al ritmo de avance actual, la igualdad de género no se alcanzará a nivel global hasta el año 2108, como lo más pronto. 

Acelerar el progreso en materia de igualdad de género requiere de recursos e inversiones, como inversiones en servicios públicos universales y protección social, e inversiones en infraestructura de atención. Los fondos que se inviertan ahora en atención de la salud, educación, programas de bienestar y salarios dignos para quienes trabajan en la función pública se traducirán en sociedades más sanas, ricas y sostenibles para todas las personas. 

Sin embargo, investigaciones recientes publicadas por la campaña #EndAusterity han concluido que, para 2023, el 85% de la población mundial vivirá bajo las consecuencias de medidas de austeridad. Ya sea por ideología o condiciones impuestas por prestadores como el FMI y el Banco Mundial, los países —independientemente si son ricos o pobres y en todas las regiones— están implementando programas dañosos de recortes de gastos que impactan con mayor gravedad en las mujeres y las niñas de los sectores más pobres y marginados. 

Los propios datos del Índice de Género de los ODS elaborado por EM2030 contribuyen a mostrar que la austeridad tiene un impacto negativo en la igualdad de género y retarda el progreso mundial hacia el logro de nuestros objetivos de igualdad. 

  • El Índice de EM2030 sondea cuánto están gastando los países en sus fuerzas militares (un valor que se ajusta para considerar el PIB del país o su nivel de riqueza). ¿Por qué? Porque este indicador ayuda a ver que la austeridad es una elección política más que una necesidad fiscal. Efectivamente, concluimos que dos tercios de los países aumentaron su gasto militar entre 2015 y 2020. Pareciera que no hay una “fuente mágica de dinero”, excepto cuando se trata de gastos militares. 
  • EM2030 también analiza las leyes vinculadas con la fortaleza de los sindicatos y los derechos laborales. Nuestro índice concluye que más del 40% de los países estudiados debilitaron los derechos de “libertad de asociación y negociación colectiva” entre los años 2015 y 2020. Ante estas tendencias, no debería sorprender que tantos países se hayan topado con muy poca resistencia organizada a sus regímenes de austeridad. 

Los nexos entre falta de progreso en materia de igualdad de género y austeridad pueden ser identificados en tres ejemplos nacionales: Ecuador, Brasil y el Reino Unido son tres países que han atravesado décadas de medidas de austeridad y que no están logrando “ningún progreso” o avanzan “en el sentido equivocado” en el Índice.  

La “ortodoxia de la austeridad” entorpeció el curso de los avances en igualdad de género y ahora es momento de recordar que el Día Internacional de la Mujer empezó con las luchas de la clase trabajadora y los movimientos por el sufragio de principios del siglo XX. Si pretendemos acelerar los avances en igualdad de género para que esta pueda alcanzarse antes de nuestra proyección del año 2108, debemos unirnos para oponer resistencia a los recortes dañosos y promover inversiones genuinas que contribuyan a un futuro con mayor igualdad, prosperidad y sostenibilidad para todas las personas. 

¡Queremos el permiso menstrual para todas! 

En diciembre de 2022, España aprobó un proyecto de ley por el que se crea un permiso menstrual para todas las mujeres que sufran menstruaciones dolorosas. ¿Qué hace el resto del mundo?

Charlotte Minvielle, Responsable de Desarrollo de Negocio 

Todos los meses, desde la adolescencia hasta la menopausia. Durante unos días o toda una semana. Insoportable o solo dolorosa. Todas menstruamos. 

Algunas mañanas los calambres, el dolor de estómago, el agotamiento por no haber dormido se apoderan de mí. Cuando tengo una cita importante o una reunión de trabajo, como muchas, tengo miedo de que me venga la regla justo en ese momento. 

Y eso que tengo la suerte de que me resulta soportable. No tengo endometriosis. Y me dura solo unos días.   

Para algunas mujeres menstruantes, levantarse de la cama, vestirse e ir a trabajar durante el período es un calvario. ¿Cómo atiendes a la gente en el hospital, atraviesas la planta de una fábrica o das una presentación comercial importante cuando el dolor impide que te concentres, que te pongas de pie o incluso que hables? 

En Indonesia, a las mujeres se les da dos días de licencia menstrual por mes, comprendida dentro de su licencia por enfermedad. En Taiwán, se otorgan tres días extra por menstruación sobre los 30 reglamentarios, mientras que en Zambia tiene un derecho legal a un día libre por mes en concepto de licencia menstrual. 

En Japón, desde 1947 existe una ley que dice que se les debería dar tiempo libre a quienes atraviesan un período menstrual difícil, pero no tienen licencia paga. Y, si bien la adopción fue relativamente alta al inicio, con alrededor del 26% en 1965, un sondeo gubernamental del 2017 reveló que solo el 0,97% de las empleadas lo reclamaban.  

Lo mismo puede verse en Corea del Sur, donde las mujeres tienen derecho a una licencia durante su período, pero su uso ha caído del 23,6% en 2013 al 19,7% en 2017 porque se les paga un extra a quienes no se la toman. 

Las normas culturales y la presión del ámbito laboral impiden que las mujeres gocen de su licencia. Tanto Japón como Corea del Sur tienen unas de las brechas salariales de género más altas en la OCDE y los porcentajes más bajos de mujeres en puestos gerenciales.  

Vale la pena notar que las empresas también pueden elegir implementar una política de licencia menstrual para atraer y retener a mujeres a su fuerza laboral expresando su preocupación por su bienestar. Si bien algunos estados indios la han adoptado, la empresa de distribución de alimentos Zomato, por ejemplo, la ha implementado a nivel nacional. El anuncio fue muy importante en un país que tiene uno de los índices de participación femenina en la fuerza laboral más bajos, con un 35%, y donde las niñas suelen perder el 20% del año escolar a causa de la menstruación.  

El 15 de diciembre, la Cámara Baja española dio media sanción al proyecto de ley que crea la licencia menstrual para todas las mujeres que sufren períodos dolorosos. La ley recibió 190 votos a favor, 154 en contra y 5 abstenciones. Si se aprueba en el Senado y finalmente se reglamenta, será la primera en Europa.  

Una encuesta realizada en 2019 a mujeres holandesas halló que el 14% se había tomado tiempo libre del trabajo o de la escuela durante su período y que solo el 20% dijo la razón real. En Francia, dos tercios de las mujeres están ahora a favor de la licencia menstrual.  

Para que un sistema de salud sea justo, feminista y equitativo, debe tomar en serio la salud menstrual y abordar las dificultades que enfrentan quienes sufren períodos dolorosos. Todos los países tienen trabajo por hacer en esta área, desde el acceso a la higiene menstrual e instalaciones sanitarias hasta hacer que los productos de gestión menstrual estén disponibles y sean asequibles.  

A pesar de los desafíos en torno a la implementación y el acceso a este derecho para todas las trabajadoras, la legislación sobre licencia menstrual importa. Hoy, las japonesas, las indonesias, las coreanas y las zambianas; pronto, las españolas tendrán derecho a ella. ¿Por qué no todas? 

Un plan de acción feminista para lograr la igualdad de género

Lecciones aprendidas del Índice de Género de los ODS de 2022 sobre cómo podemos lograr la Agenda 2030

El índice de Género de los ODS de 2022 da una panorama general del estado del mundo en cuanto a la igualdad de género plasmada en la Agenda 2030. Desafortunadamente, revela que incluso antes de la pandemia, el mundo no iba camino a lograr esta visión; el avance que se había hecho era demasiado lento, frágil y fragmentado. 

Desde entonces, la covid-19 ha impactado fuertemente todos los sectores de la vida, sacudió las economías, se cobró vidas y generó barreras para la concreción de derechos básicos como la educación, el bienestar y la seguridad. Es difícil analizar el impacto total, en particular porque las brechas de datos ocultan las experiencias de las personas más vulnerables y afectadas, sin embargo, sabemos del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, “que, como resultado, se han pausado o revertido años, incluso décadas, de avance en el desarrollo”.

Mientras que el índice muestra dónde se está dando el progreso y donde no, también destaca temas transversales que a menudo se dan en países y regiones que están avanzando. En base a esto y a la experiencia de nuestra alianza de igualdad de género que va de lo local a lo global, planteamos seis recomendaciones que, en conjunto, crean un plan de acción para el cambio que puede eliminar los impactos de la covid-19 al mismo tiempo que volvemos a la ruta para concretar la Agenda 2030.

Debemos eliminar o reformar las leyes discriminatorias mientras también aplicamos legislación que garantiza la igualdad de género. Estas leyes deben aplicarse y monitorearse, algo que es posible cuando están respaldadas por voluntad política y van acompañadas de compromisos presupuestarios y de política, campañas públicas y cambios sostenidos de las normas de género. 

Se comprobó que los países que hacen buen uso de las leyes que facilitan la inclusión económica de las mujeres, por ejemplo, han tenido mejores resultados en salud, nutrición y educación para las mujeres y sus familias, más empleo resiliente para las mujeres y más mujeres en los parlamentos.

Se necesitan presupuesto con perspectiva de género, impuestos progresivos e inversión fuerte en servicios públicos para financiar la transformación social y lograr la igualdad de género. A medida que los países se recuperan de la covid-19, deben priorizar inversiones en la economía de cuidado  por sobre políticas de austeridad que son menos efectivas en la reducción de las deudas públicas. También deben garantizar que el trabajo de cuidado no remunerado sea visible en estadísticas nacionales y que los servicios de cuidado financiados por el Estado sean asequibles y accesibles. 

 Se debe dar atención a las grandes pérdidas generadas por las exenciones impositivas para los más ricos, el abuso y la evasión fiscal transfronteriza, además del desvío de fondos hacia el gasto militar en lugar de la inversión en infraestructura social.

Los datos del índice revelan que la inversión pública reduce la desigualdad económica y que existe una fuerte necesidad de que los países desagreguen los presupuestos públicos por género, edad, ingresos y región.

La participación de niñas y mujeres en la vida pública no es solo un derecho humano fundamental, sino también esencial para la salud económica y social de los países. Sin embargo, las normas de género sobre liderazgo, además de pobreza, cargas de cuidado y violencia contra las mujeres que son figuras públicas a menudo excluyen a mujeres y niñas de espacios de toma de decisiones.

Un estudio en la India revela que la presencia de mujeres líderes en consejos municipales influye en las aspiraciones de las niñas, las expectativas de los padres y madres sobre las hijas, y la cantidad de tiempo que las niñas pasan en la escuela. La visibilidad de las mujeres en cargos públicos también cambia las percepciones de las personas sobre el liderazgo, un paso más para terminar con las normas de género que impiden que mujeres y niñas avancen. 

También es vital abordar las desigualdades y la discriminación estructurales. Podemos hacer esto aliviando la carga de cuidado para permitir que las mujeres ocupen roles de liderazgo, además de invirtiendo en educación y capacitación sobre participación ciudadana, esquemas de mentoreo y programas que mejoren las aspiraciones de las niñas. 

Cerrar la brecha de datos de género es vital en el monitoreo del progreso y para influir en las decisiones de los formuladores de políticas. Debemos cerrar las brechas aumentando los datos (en especial los que permitan análisis interseccionales), al mismo tiempo que aumentamos la capacidad del uso de estos. 

Esto implica hacer que las organizaciones feministas participen en la producción, interpretación y la narrativa de los datos, de modo tal que tengan acceso a los datos necesarios para exigir rendición de cuentas a los formuladores de políticas y tener un impacto en la toma de decisiones. También se necesitan cambios en las normas para garantizar que quienes elaboran políticas valoren los datos de género y las metas como algo vital y no solo algo deseable. 

Los movimientos feministas tienen un rol fundamental en la promoción de la igualdad de género y han sido claves para los avances hasta ahora. Sin embargo, estos movimientos y organizaciones siguen careciendo de fondos y de apoyo.

¿Qué pueden hacer los donantes para apoyarlas? El financiamiento tiene que crecer Y transformarse. Se deben adaptar las prácticas de los donantes para cubrir las necesidad y realidades de estas organizaciones a través de su participación en el diseño de mecanismos de financiamiento. También deben asegurarse de que reciban fondos básicos, directos, flexibles y sostenidos. 

¿Qué pueden hacer los gobiernos? Deben apoyar la seguridad de las feministas activistas, proteger sus derechos humanos y su seguridad, al mismo tiempo que eliminan las barreras para la acción colectiva. Las voces, las experiencias y los datos de los movimientos y las organizaciones feministas también deben incluirse y valorarse en los espacios de decisiones y de formulación de políticas. 

Las organizaciones de niñas y jóvenes son defensoras poderosas  de la justicia social, climática y de género. No obstante, siguen siendo infravaloradas y omitidas en decisiones que las afectan. Para empoderar niñas y mujeres, debemos dar respuesta al matrimonio infantil, como lo vienen haciendo nuestras socias en la India, y también derribar las barreras para la educación, como lo hacen las colegas de FAWE y de la IPBF.

Para asegurarnos de que la igualdad de género sea resiliente y que los derechos de las jóvenes y mujeres no queden relegados, los programas, las políticas y las leyes deben estar diseñadas con y para las niñas y las jóvenes, y tiene que haber mayor financiamiento para sus organizaciones y sus activistas. 

El índice de Género de los ODS de 2022 presenta sombrías conclusiones sobre la falta de progreso desde que se establecieron los ODS, pero también revela historias de esperanza, y los pilares fundamentales que pueden trazar un camino, pero llegar al cumplimiento de la Agenda 2030 y también asegurar que la igualdad sea resiliente, sostenible y, en última instancia ¡imparable! 

Lee el informe completo del índice aquí o descubre los datos en él aquí. 

Si la representación es una cuestión de derechos, ¿por qué las mujeres todavía están tan poco representadas?

Por Maxine Betteridge-Moes

“El liderazgo es un medio, no un fin”, escribió la activista feminista Srilatha Batliwala, una investigadora de la India que trabaja con la Association for Women’s Rights in Development. Con esta premisa en mente, y para tener un avance sostenido hacia la igualdad de género para el año 2030, debemos no solo arreglar el sistema que excluye a las mujeres de puestos de poder y autoridad, sino también garantizar que las mujeres que lleguen a esos roles de liderazgo puedan ejercer el poder y su autoridad para generar las trasformaciones sociales para las generaciones futuras.

El Índice de Género de los ODS 2022 mide el liderazgo y la representación de las mujeres en 14 de los 17 ODS. De los 56 indicadores que miden la igualdad de género en el índice, cuatro indicadores directamente miden aspectos del liderazgo de las mujeres, por ejemplo: las mujeres en el Parlamento, mujeres en puestos ministeriales, mujeres en ciencia y tecnología y mujeres en el liderazgo sobre el cambio climático. En su segunda edición, el índice mide el avance a lo largo del tiempo y evolucionó en una herramienta mucho más útil para quienes defienden los derechos de las mujeres para exigir rendición de cuentas a los gobiernos a la hora de lograr igualdad de género.

Alison Holder, directora de Equal Measures 2030, sostiene que el índice muestra que, si bien los países están avanzando en la representación de las mujeres en los últimos años, hay una falta persistente de datos de género que oculta disparidades en distintos sectores y grupos de mujeres.

“Si indagamos el índice, vemos un panorama heterogéneo en cuanto al avance en la representación de mujeres”, dice Alison. “Tenemos que celebrar el progreso en aquellos lugares donde se ha dado, pero no hay una única tendencia o historia que podamos sacar a partir del liderazgo de las mujeres que vemos en el índice”.   

“Es un problema del sistema”

La representación de las mujeres y el liderazgo feminista son dos conceptos importantes de la igualdad de género, pero no son dos componentes en uno. Si bien la representación de las mujeres es fácil de medir mediante las estadísticas y los datos, el liderazgo feminista considera la forma en que se ejerce el poder y cómo se toman las decisiones. Como líderes de feminismo de base, muchas de las organizaciones socias de EM2030 han encontrado vías para redefinir, valorar, usar, compartir y distribuir el poder. 

“Uno de los retos es que el foco a menudo está en arreglar a las mujeres y no solucionar el problema”, explica Emily Maranga, gerenta de programas de GROOTS Kenya. “Así que usamos el poder de nuestro colectivo para hacer incidencia y alentar a las mujeres a ser líderes. Porque, si los espacios de liderazgo están abiertos y las mujeres no los ocupan, eso no es responsabilidad de las mujeres, es un problema del sistema”.

La volatilidad del liderazgo de las mujeres

Los mejores datos disponibles en términos de medición del liderazgo de las mujeres es su representación política en el Parlamento y en cargos gubernamentales jerárquicos. Según el índice, el mundo, en promedio, hizo un importante avance en la representación de las mujeres entre el año 2015 y 2020: 90 países hicieron un avance muy rápido en el aumento de las mujeres en el Parlamento y en 78 países el avance fue muy rápido en el aumento de mujeres en cargos jerárquicos del gobierno.

“No podemos ignorar, sin embargo, que este progreso proviene de niveles iniciales muy bajos y el mundo todavía está lejos de donde debería en cuanto a la meta de paridad de género en la participación política”, dice Holder. En 2020, apenas el 26,4% de los escaños parlamentarios y el 24,7% de los cargos jerárquicos gubernamentales a nivel mundial estaban en manos de mujeres. La volatilidad de estas estadísticas tampoco puede pasarse por alto, ya que la representación de las mujeres puede fluctuar ampliamente en la política agenda de los partidos gobernantes.  Por ejemplo, el índice demuestra que entre 2015 y 2020, muchos países, incluidos Etiopía, Líbano y México dieron grandes saltos en el porcentaje de mujeres en cargos gubernamentales jerárquicos, mientras otros tantos, incluidos Estonia, Letonia y Polonia retrocedieron drásticamente en la dirección equivocada. El resultado es una clasificación global muy baja en términos de estos dos indicadores.

Fuente: Índice de Género de los ODS, Equal Measures 2030

Otros indicadores sobre las mujeres en ciencia y tecnología y las mujeres en delegaciones sobre el cambio climático presenta un panorama incluso más heterogéneo. Desde 2018, el 31% de puestos de investigación en ciencia y tecnología pertenecían a mujeres y, en promedio, el mundo no había hecho ningún progreso en cuanto al aumento de la cuota femenina desde 2015. En términos de representación de mujeres en delegaciones sobre el cambio climático, Holder describe esto como una “moneda de dos caras”. Aunque el 55% de los países hicieron algún progreso o tuvieron un progreso rápido en el aumento del liderazgo femenino en cuestiones de cambio climático entre 2015 y 2020, una gran parte de los países (41%) fue en la dirección equivocada en cuanto a esta medida y redujo la proporción de mujeres en sus delegaciones sobre cambio climático. En la COP 26 de Glasgow en 2021, la cumbre global para acelerar las acciones ante el cambio climático, las mujeres representaron en promedio el 33% de las delegaciones gubernamentales, igual que lo hicieron en 2019 y 2022. 

Brechas de datos persistentes

El aumento de la participación y la presencia de mujeres en la política y la vida pública es vital para avanzar en la igualdad de género, pero estos no son los únicos factores que intervienen. Las mujeres se encuentran con estructuras de poder jerárquicas y excluyentes en espacios de toma de decisiones que socavan su participación activa en ellos. La transformación de este contexto estructural es clave para su empoderamiento y autoridad políticos. 

Los datos sobre la representación de las mujeres en el Parlamento y los puestos gubernamentales jerárquicos son relativamente fáciles de encontrar, pero esto indica que las mujeres en estos espacios políticos formales vienen de contextos socioeconómicos más privilegiados. Los datos comparables sobre la representación de mujeres en el nivel subnacionales son escasos y, en casi la mitad de los países, los datos subnacionales son inexistentes. La mayoría de los países no recogen datos sobre la representación de las mujeres en el sector privado y en las ONG, algo necesario para tener un panorama más claro de la voz y la influencia de las mujeres en todos los sectores. También escasean datos en todos los sectores sobre la participación y la experiencia de otros grupos que incluyen minorías raciales y étnicas, la comunidad LGBTQ, las mujeres con discapacidad y otras, para alcanzar puestos de liderazgo.

“El informe del índice refleja la importancia de tener mejores datos de género que nos permitan medir las desigualdades entrelazadas para ver la situación de las mujeres en promedio, pero sobre todo la situación de los grupos de mujeres para garantizar la igualdad y la justicia”, afirma Holder.

El camino por recorrer

Incluso si la mayoría de los países parecen estar avanzando en cuanto a la representación de las mujeres, el índice de Género de los ODS alerta en cuanto a la lentitud de estos avances, su limitada escala y su profunda fragilidad. Todavía es muy pronto para medir el impacto total de la covid-19 en niñas y mujeres de todo el mundo, y las futuras crisis humanitarias expondrán e intensificarán aún más las desigualdades graves que quedaron al descubierto en el índice. Lo importante ahora es qué pasos sigamos. 

El primer paso para defensoras de los derechos de las mujeres como EM2030 es continuar promoviendo la visibilidad de políticas mujeres y tomadoras de decisiones en el sector público y privado, y la recolección y el uso de datos desagregados para cerrar las brechas persistentes sobre representación y liderazgo de las mujeres. Los donantes deben invertir más en monitoreo de datos y rendición de cuentas en todos los sectores, financiar a las organizaciones de base e invertir en más programas de capacitación sobre sistemas políticos, derechos de las mujeres a la participación y sus roles en la toma de decisiones.  

Finalmente, los gobiernos pueden promover sistemas de cuotas que ayuden a poner a las mujeres en las esferas políticas, usar marcos internacionales para incluir a las mujeres en su diversidad en las respuestas ante emergencias, la prevención del conflicto y la construcción de la paz, invertir en reformas estructurales y legales que les den a las mujeres protección social y legal y, por último, pueden exigir organismos de decisiones con balance de género.

El camino por recorrer para lograr la igualdad de género y, en particular, para tener representación y liderazgo de las mujeres seguramente será uno con sobresaltos. Pero como dice Lina Abirafeh, la antigua directora ejecutiva del  Arab Institute for Women: “Ahora mismo, tenemos que defender y reclamar el espacio, nuestros voces y palabras y luego podremos seguir adelante”.